Los fundadores del club tuvieron el esfuerzo y la generosidad para iniciar las prácticas deportivas y promovieron la fundación de entidades en la provincia de Mendoza, lo que nos obliga a estar a la altura de tanta exigencia. Respeto, solidaridad, esfuerzo y generosidad son algunos de los valores que caracterizan a estos pioneros.
El secreto para perdurar en el tiempo es aferrarse a los valores que eran propios de los fundadores, como respeto, solidaridad, esfuerzo, generosidad, determinación y búsqueda permanente de la concreción de los sueños. Estos valores nos provocan un profundo sentido de pertenencia y un amor incondicional al club.
La tradición se transmite de manera dinámica y enriquecida de los integrantes más grandes a los más jóvenes, como un río viviente de valores. Esto nos permite sentir que la tradición no es un concepto estático, sino que es parte indispensable del legado cultural.
Los miembros del club deben continuar sembrando la semilla de la continuidad del legado para que las generaciones futuras puedan recoger los frutos. Esto se logra a través de nuestro ejemplo cotidiano y nuestras acciones consecuentes con lo que pregonamos.
Lo que mantiene vivo el espíritu del club es la gente que lleva el club a cada lugar a donde va, con entusiasmo, ímpetu, solidaridad y espíritu emprendedor. Esto nos invita a estar siempre alertas y dispuestos a hacer algo por el club.